¿Qué es un Cepillo de Alambre?
Un cepillo de alambre es un cepillo cuyas cerdas son de metal, en lugar de plástico blando como un cepillo de dientes.
Se utilizan para eliminar manchas que sólo pueden quitarse frotando con fuerza, o para quitar óxido o pintura.
Hay distintos tipos de cepillos de alambre, desde los que tienen forma de cepillo de dientes grande hasta los que tienen la punta más alineada y las cerdas más anchas. Se clasifican según el material de la parte del cepillo y la forma.
Usos de los Cepillos de Alambre
Los cepillos de alambre están hechos de metal, lo que significa que las cerdas son muy duras y rara vez se doblan al aplicar fuerza. Por lo tanto, se utilizan para la suciedad y el óxido que no pueden eliminarse con cepillos de plástico a menos que se restrieguen con fuerza.
Se utilizan principalmente para limpiar, pero también pueden emplearse para eliminar pintura y otros revestimientos. Sin embargo, debido a su gran resistencia, pueden rayar los materiales blandos cuando se aplican sobre ellos.
Cómo elegir un Cepillo de Alambre
A la hora de elegir un cepillo de alambre hay que tener en cuenta dos aspectos principales. La “forma” y el “material” de la pieza del cepillo.
Si elige por la forma, elija un cepillo que se ajuste a la forma y el tamaño de la zona donde se va a utilizar. Si el cepillo es para una zona grande, elija un cepillo ancho y de formato pequeño.
Si va a limpiar las superficies interiores de depósitos y otros objetos, elija un tipo de punta curvada para fregar más fácilmente las esquinas y obtener mejores resultados.
Para limpiar objetos tubulares, se recomienda un cepillo roscado con cerdas en espiral. Otro tipo de cepillo es el cepillo de rueda, un Cepillos de Alambre que está unido a un motor y gira.
Los cepillos de alambre pueden dividirse en dos tipos principales de material. El primero son los cepillos fabricados con materiales muy duros, como el acero inoxidable o el acero. El segundo son los cepillos de latón, un material ligeramente más blando.
Los de acero inoxidable y acero son adecuados para eliminar el óxido y otras manchas duras porque no se doblan al fregar, pero son más propensos a rayarse.
Los cepillos de latón son menos propensos a rayarse, pero también se doblan más, por lo que es necesario seleccionar el tipo de cepillo adecuado en función del entorno en el que se utilice.