¿Qué son los Sujetadores?
Los sujetadores, también llamados sujetadores de autocierre, son un tipo de tornillo.
Son sujetadores que encajan a presión en una placa pretaladrada u otro componente, lo que facilita la colocación de tornillos y otros elementos de fijación.
Existen varios tipos de elementos de fijación, como espaciadores y remaches, que se pueden utilizar con los remaches, que proporcionan una fuerza de fijación estable y un bonito acabado.
En los últimos años, los sujetadores de remache se han utilizado cada vez más en productos de chapa metálica, ya que ayudan a ahorrar espacio, reducir el peso y reducir el número de piezas, en consonancia con la reducción del tamaño de los electrodomésticos.
Usos de los Sujetadores
Los sujetadores se utilizan en una amplia gama de aplicaciones, como chapas finas difíciles de roscar o en las que no es posible soldar, porque son fáciles de “calafatear” según el grosor de la chapa.
Por ejemplo, en un televisor de pantalla plana un poco más grande hay unos 200 sujetadores de remache de distintas longitudes.
En otras palabras, los sujetadores son un elemento de diseño importante en la miniaturización de los electrodomésticos.
Otros productos importantes son los ordenadores personales, los equipos de telecomunicaciones, los automóviles, los equipos de transporte, la industria aeroespacial, las máquinas herramienta y los robots industriales.
Otras aplicaciones incluyen equipos médicos, construcción, equipos de medición, ocio y muchos otros campos.
Principios de los Sujetadores
Los sujetadores son dispositivos de fijación formados a presión que proporcionan un alto grado de fuerza de fijación colocando el sujetador de remache en un agujero taladrado en el material base, como una placa, y permitiendo que el vástago y la parte piloto del sujetador muerdan el material base a través de la deformación plástica.
Hay varios tipos de sujetadores de remache disponibles, que pueden seleccionarse según sus necesidades.
Los sujetadores se utilizan para fijar componentes electrónicos, por ejemplo, en placas.
Se utiliza un tornillo para apretar la tuerca desde la parte inferior.
En la historia de los sujetadores, las tuercas de remache fueron las primeras que se desarrollaron en el mundo.
La fijación de roscas hembra a chapas ha sido durante mucho tiempo una operación rutinaria en el trabajo de chapa metálica, donde el método de construcción consistía en rebabar la chapa y cortar allí las roscas.
El problema en este caso es que cuando se utiliza chapa de 1 mm de grosor, que es lo que se suele emplear en el procesado de chapa, inevitablemente sólo es posible cortar (hacer) unas tres roscas, y como resultado, la pieza a fijar no puede fijarse firmemente.
Este problema puede resolverse utilizando tuercas de remache, pero debe tenerse en cuenta que la forma de la pieza de remache, denominada falda de la tuerca de remache, tiene una fuerza de fijación ligeramente inferior a la de los separadores y que la chapa puede alabearse, especialmente cuando se colocan a presión varias tuercas en un mismo producto. Se deben utilizar herramientas para solucionar estos problemas.
Sujetadores a presión, que son espaciadores, son el método convencional de insertar el piloto del sujetador a presión en el metal base taladrado y encajar a presión la parte moleteada.
Los remaches son un método que permite alcanzar elevadas fuerzas de fijación.
La superficie del metal base en el lado de la brida es plana y no requiere ningún tratamiento posterior, como el esmerilado.
Los separadores se colocan a presión en un orificio del metal base y pueden mantenerse en posición vertical, al tiempo que proporcionan un acabado superficial muy plano.
Cuando se colocan a presión sujetadores, es esencial utilizar no sólo una prensa simple, sino también una plantilla, dependiendo del producto.
La selección de una prensa simple se realiza utilizando una prensa que sea capaz de aplicar una presión igual o superior a la fuerza de prensado indicada en la tabla de prestaciones del producto que se va a utilizar, haciendo referencia a la fuerza de prensado indicada en la tabla de prestaciones.
Si la presión es demasiado débil en comparación con la requerida, puede provocar la caída del producto.
Por otro lado, si la fuerza de prensado es superior a la necesaria, no sólo se rayará o desviará la chapa, sino que también se deformará el producto, haciendo que se caiga o se atornille, por lo que también hay que tener cuidado en este caso.