¿Qué son los Tubos Antiestáticos?
Los tubos antiestáticos se caracterizan por su capacidad inherente para disipar la electricidad estática.
En contraste con la solución convencional para hacer que los tubos normales sean antiestáticos, que implica recubrirlos con materiales conductores como alambre metálico o malla metálica, los tubos antiestáticos cuentan con propiedades conductoras en el propio material del tubo. Esto elimina la necesidad de realizar trabajos adicionales para cubrir el tubo y evita problemas potenciales, como la pérdida de conexión a tierra si algunas partes del tubo no están adecuadamente recubiertas. Además, dado que no se requieren materiales metálicos externos, estos tubos antiestáticos son aptos incluso en entornos corrosivos.
Aplicaciones de Tubos Antiestáticos
Los tubos antiestáticos están diseñados para ser menos susceptibles a la electricidad estática, evitando así la acumulación de electricidad estática y las chispas provocadas por las descargas de electricidad estática. Por tanto, son útiles cuando se manipulan disolventes orgánicos como la acetona y el diluyente, que pueden provocar riesgos de ignición. Entre sus principales aplicaciones se encuentran los equipos de fabricación de semiconductores en los que es necesario transferir dichos disolventes y sus gases.
La electricidad estática también es una fuente de ruido que puede afectar negativamente a los equipos electrónicos. El trasvase de líquidos y gases alrededor de estos equipos es otra aplicación típica de los tubos antiestáticos.
Principio de los Tubos Antiestáticos
Una carga es un desequilibrio de cargas eléctricas dentro de una sustancia, que da lugar a una carga eléctrica. La carga se produce cuando las sustancias entran en contacto entre sí, se rozan o se desprenden unas de otras. En el caso de los tubos, que se utilizan para transportar fluidos, el contacto y la fricción entre el tubo y el fluido hacen que las superficies del interior del tubo se carguen.
Los metales y otros materiales conductores pueden cargarse, ya que los electrones pueden moverse libremente dentro del material,
Esta es una característica de los materiales conductores, como los metales, ya que los electrones pueden moverse libremente dentro del material incluso cuando están cargados, y la homogeneización de la carga y la difusión pueden producirse fácilmente. Por el contrario, los materiales aislantes difieren de los conductores en que la carga no se difunde con facilidad, por lo que puede producirse una carga parcial.
Los fluoropolímeros, como el PTFE y el PFA, son materiales típicos que se utilizan a menudo para los tubos. Los fluoropolímeros se utilizan mucho por su excelente resistencia a los productos químicos y al calor, pero también tienen grandes propiedades aislantes, es decir, se cargan con facilidad.
Si un tubo se carga por contacto con un fluido o por fricción, no sólo pueden producirse chispas, sino que en algunos casos el propio tubo puede resultar dañado por un fenómeno conocido como ruptura dieléctrica. Evitar la carga haciendo que los tubos sean conductores de la electricidad es extremadamente importante para la transferencia segura de fluidos.